en que las horas, no pasan como de costumbre sino que pesan, duelen.
Y la reflexión y la confusión, no te llevan a ningún lado.
Es como si nuestra alma, se hubiera ido fuera de nosotros.
Que no encontráramos dentro nuestro,
donde exista paz.
Y preguntamos ¿por qué tener que sufrir en la vida?, para luego comprender que:
Sufrir es aprender; y aprendiendo, se empieza a crecer; y creciendo, a sentirse mejor; y al sentirse mejor, se puede mirar hacia atrás; y mirar hacia atrás, es como ver una escena de teatro...ya terminada.
Todo termina, algún día.
Y se puede mirar hacia adelante, para comenzar nuevamente. Y cuando se llega a ese momento, es posible abrazarse a uno mismo, encontrarse y sonreír...porque las horas se llenan de luz y de vida, y el viento comienza
a soplar a tu favor.
Nunca abandones tus sueños, ya que son la esperanza que te da fuerzas...
Carla Luján.
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